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martes, 24 de diciembre de 2013

Lectura - Fanzines de Syd Barrett (y II) - Late Night, Chapter 24 y The Anderson Council


Aunque con más ayuda de la tecnología, y esta vez desde los Estados Unidos, Late Night tiene aún el regusto de aquellos fanzines. A diferencia de Terrapin, este ya nació dentro de la era de internet. Entre otras perlas, contiene una entrevista a Joe Boyd, a Stanislass Klossowski, y mucha información del material en video existente y sobre todo de las sesiones de grabación. A años de que David Parker publicara Random Precision (2001), la lectura definitiva acerca de las grabaciones, Late Night desapareció.
Chapter 24 llegó de Inglaterra, bajo la dirección de John Kelly y sus colaboradoes, entre ellos, Mark Jones. Se creó más o menos al mismo tiempo que Late Night, e incluye curiosidades como la noticia de la publicación de la caja Crazy Diamond o el vídeo de Syd's First Trip. Más interesante que  el anterior, incluye críticas de bootlegs, caricaturas, noticias, entrevistas a músicos. De los, al menos cinco números que se publicaron, sólo tenemos dos, siendo el segundo de 1994. Veremos si hay suerte próximamente. El primer y único número, que sepamos, de The Anderson Council es de 1993, y no contiene mucho, pero al menos el diseño es más ameno.



Si queréis los números de estos fanzines, aquí están.
Échale un vistazo a Terrapin con un clic aquí.


¿Y qué más? 
¡AH!

jueves, 12 de septiembre de 2013

Lectura - Fanzines de Syd Barrett I - Terrapin al completo


Terrapin es el nombre de la primera canción que se pudo oír en un álbum de nuestro Syd Barrett en solitario. Con el tiempo, se convirtió en el nombre de una publicación de fans para fans del genio psicodélico de Cambridge.

Su creador fue Bernard White, el fan más fan de todos los fans sobre la tierra. Era un coleccionista de material pinkfloydsydbarrettiano de los serios. Si no nos crees, fíjate qué habitación tenía allá en los ochenta:


 

La foto está tomada de la revista francesa Actuel. En España se publicó en Rock Espezial, poco antes de que saliera The Final Cut, de Pink Floyd. Clic aquí para echar un vistazo.

Volviendo a Terrapin, el fanzine se publicó durante unos siete años, hasta que llegó a su fin debido a la legendaria..."ausencia de Syd".  En Terrapin podías encontrar noticias, entrevistas (no os perdáis la de Kevin Ayers, del número de marzo de 1973), pasatiempos, letras de canciones, poemas dedicados a Syd, la más mínima mención de él que se hiciera en un medio, el más mínimo rumor, dibujos, viñetas, fotografías, artículos fotocopiados de otras revistas...

Su éxito fue algo agridulce. Hecho en Inglaterra, con técnicas rudimentarias, tenía lectores desde EEUU a Oriente Próximo... eso sí, no deberían ser muchos. Sirvió de base para muchas investigaciones para libros, como, la mejor hasta ahora, Dark Globe, de Julián Palacios. A parte de los diecinueve números, hubo un especial en color, una recopilación de lo mejor, un especial navideño... En 1994 Bernard vendía todos los números en una caja.

Con la muerte de Bernard White, su legado nos deja una película acerca de un fan obsesionado con su ídolo, que es un músico retirado, es decir, la película Remember A Day, protagonizada por el fallecido Darrly Read, y que estuvo muy, muy lejos de ser un éxito, y que él mismo White financió. Ya os lo podéis imaginár, tiene algo de autobiográfica. Bernard se encontró con Syd alguna vez. Para ésta, hasta consiguió el permiso de RIchard Wright, que donó la versión instrumental que daría nombre a la película... pero eso es otra historia... y no muy interesante. Mr. White nos dejó también parte de su colección, con mucho de ella, perdida, incluyendo imágenes y sonido... o secuestrada por EMI.

Pero vamos a lo que vamos... también nos dejó Terrapin, ahora en formato digital.




Hubo más fanzines, y los verás aquí en www.sydbarrett.org.es pronto.
Aquí tenéis Terrapin al completo, haciendo clic en la imagen de abajo:

sábado, 24 de marzo de 2012

Lectura - ¿Syd Barrett Hoy? (Un ensayo)

Desde Monterrey (México) con amor, se publica un bello fanzine bimestral llamado Decireves. En su último número, aparece el siguiente texto, cuyo título es Syd Barrett Hoy

 

Hace seis años que Syd Barrett desapareció de esta dimensión, y muchísimos más desde que dejó de ser Syd Barrett y se exilió del resto de la humanidad debido a controvertidos problemas mentales. Sus últimos acordes quedaron grabados en unas sesiones caóticas en 1974, cuando el grupo que formó siete años antes, Pink Floyd, tocó el olimpo de la fama por primera vez con The Dark Side of The Moon. Aquellas últimas sesiones de Barrett, aún inéditas oficialmente y difícilmente publicables, solamente pueden calificarse como desesperadas. No había en ellas ni sombra del genio creador de las cumbres de la psicodelia y del folk-rock que fue en su corta carrera. Eran la crónica de un artista en estado de desensamblaje.


Roger Keith Barrett nació en Cambridge en el año1946. Tuvo la suerte y el mérito de estar a la altura y rodeado de una generación de artistas y músicos bendecidos por su creatividad. Como todos los grandes artistas, Syd supo mirar a todos lados, para así conducir a un grupo, que bajo el nombre de Pink Floyd, pasó rápidamente del rythm and blues hasta los territorios inhóspitos de la psicodelia y casi el rock progresivo. Parecía que aquella generación, heredera del blues y del rock and roll supo hacer desarrollar el pop hasta sus límites. Cream, The Rolling Stones, The Who, The Zombies y The Beatles, son sólo unos ejemplos de cómo aquellos tiempos estaban repletos de creadores iluminados por una fuerza creativa que parece no haberse repetido.

Syd fue la fuerza motriz de obras imprescindibles e imprevisibles como los sencillos “Arnold Layne” y “See Emily Play”, a los que siguió un álbum, la obra maestra The Piper at The Gates of Dawn. Desde entonces, y a pesar de que Syd se ausentó totalmente del mundo de la música, no dejó de ser el espíritu creativo tras el sonido Pink Floyd, sin desmerecer en absoluto el genio y originalidad de los líderes de la banda que le siguieron, Roger Waters y David Gilmour.


Cuando la fama mal digerida por su fragilidad mental (nadie dijo que fuera fácil) y el uso y/o abuso de sustancias psicotrópicas empezaron a hacer peligrar el futuro de banda, Syd tuvo que dejar Pink Floyd. Sin embargo, la historia y la leyenda crecieron con sus dos álbumes en solitario (The Madcap laughs y Barrett, ambos en 1970) hijos de unas sesiones tan difíciles como brillantes, auspiciadas bajo el sello Harvest, filial de EMI, que sin duda fue una de las precursoras de los inabarcables sonidos de la etiqueta “rock independiente”. Syd y otros artistas de Harvest, como Kevin Ayers, se convirtieron en referente sónico de futuras generaciones de músicos.


 

Con nada más que tres álbumes y tres singles, y apenas cinco años como músico profesional, las décadas que han seguido han traído versiones de sus temas, homenajes a su figura, discos tributo de las bandas más impensables de todo el mundo, y recopilatorios de su obra que esquivan mostrarnos aún la totalidad de su obra, y que demuestran que el legado del genio de Cambridge sigue creciendo junto a su leyenda.
Parece que no sobra mencionar (por vivir en una sociedad como la de hoy, que disfraza el morbo valores morales e información) que las creaciones de Syd no son debidas al consumo de sustancias psicotrópicas. Si nos dejamos llevar por este planteamiento ridículamente simplista, estamos pasando por alto las numerosísimas referencias literarias y musicales de un genio. Yendo al sitio apropiado (y equivocado), encontrarás a una miríada de músicos que consumen este tipo de sustancias, y no serán capaces de conmover como Syd Barrett podía llegar a hacer con una guitarra acústica y nada más


Hoy en día, el monstruo del sonido sobreproducido en horrores electrónicos de estudio de grabación, el desenfado de plástico, y la pornografía encubierta del videoclip, nos produce asombro y horror a aquellos que desde la distancia vemos cómo lo comercial ha arrasado en los medios de comunicación con la creación artística, cuando, sin embargo, ambas convivían perfectamente hace años. El futuro y el presente del pop y el rock, y de la música de calidad, entendiendo esto como aquella que perdura de algún modo u otro con nosotros, ha quedado relegado a los sellos independientes, deudores del espíritu creativo con el que Barrett (con y sin Pink Floyd) se aproximó en todas sus creaciones, tan valientes y tan diferentes unas de las otras.


Se podría concluir por todo esto, que es necesario aproximarnos a estos circuitos de música en los que como Syd, se crea en libertad, sin ataduras de mercado. Un lugar donde las estrellas brillan, pero no en la televisión.

Antonio Jesús Reyes
Marzo
2012 dc.

Antonio Jesús, estudió Filología Inglesa en la Universidad de Sevilla y ha publicado en numerosos fanzines y revistas acerca de música y literatura. Recientemente ha colaborado en The Complete David Bowie, por Nicholas Pegg. Por casualidad, acabó viviendo en Cambridge, donde (también por casualidad) entró en el círculo de amigos y familia de Syd Barrett, del que era fan desde muy pequeño. Allí empezó a gestarse la idea del blog SOLO EN LAS NUBES, y algún proyecto más. El blog, SOLO EN LAS NUBES nace por la ausencia total EN ESPAÑOL de información (noticias, curiosidades, etc.) acerca de la vida y la obra Syd Barrett. Bajo este objetivo, subayce el de unir a los fans hispanohablantes del mundo. Como tiene que ser.